La Iglesia particular del estado sureño mexicano de Oaxaca enfrenta uno de varios escándalos públicos propiciados por un Sacerdote, padre Gerardo Silvestre Hernández quien es acusado de abusar al menos de 45 niños. Seis años tuvieron que transcurrir para que el Caso de Pedrito, un niño de 12 años que había sido abusado en 2006 cuando tenia 6 años por este Sacerdote. Junto con otros dos menores mas en la Parroquia de San Pablo Huitzo, Oaxaca. Según investigaciones también tiene acusaciones en las Parroquias de Santiago Camotlán y en Villa Alta.
A partir de junio de 2009 un grupo de Sacerdotes del Clero de Oaxaca se presentaron ante las autoridades municipales e incluso ante el arzobispo José Luís Chávez Botello.
Además estos atendieron y escucharon a todas las victimas, pero el Arzobispo Chávez Botello los removió de sus cargos y parroquias (literalmente los castigo) y permitió que el cura pederasta continuara en ejercicio durante más de tres años
El asunto también fue notificado al Vaticano quien dio la orden de investigar y envió un visitador, donde a pesar de todo declararon inocente a Gerardo Silvestre Hernández.
Este mismo grupo de al menos 10 párrocos de Oaxaca acusaron a Víctor Sánchez Espinosa, Arzobispo de Puebla, de no realizar una investigación minuciosa en el caso de pederastia que sacudió a la Iglesia de ese estado.
El arzobispo poblano fue nombrado visitador de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el objeto de investigar al padre Gerardo Silvestre Hernández, sobre quien pesan denuncias por presunta pederastia en agravio de niños indígenas.
El grupo de sacerdotes acudió a la Congregación para la Doctrina de la Fe de El Vaticano, debido a que la Arquidiócesis Antequera, Oaxaca “realizó una indagatoria a la carrera, de manera selectiva, sesgada e intimidatoria”, según relataron familiares de las víctimas.
Sin embargo los curas no quedaron conformes con el trabajo realizado por Víctor Sánchez Espinosa, al considerar que “no fue minucioso pues se hizo de manera insuficiente, por decir lo menos, porque no se buscó a las víctimas, sino que se obtuvo información de terceras personas, (y) algunas de ellas no tenían el menor conocimiento del caso”.
Los párrocos rechazaron tener la intención de acusar a su compañero y aclararon que ese papel solo corresponde a las víctimas.
En una carta firmada por los párrocos Manuel Arias Montes, Jorge Pérez García, Sergio Herrera Arias, Miguel Ángel Morelos García, Juan Ruiz Carreño, Guillermo Velázquez Gordillo, Juan Antonio Jiménez Gómez, Leoncio Hernández Guzmán y David Elías Mendoza Maldonado, así como el diácono Ángel Noguera; consideran que este caso requiere de una intervención drástica de la autoridad eclesiástica porque "rechazar la luz de la verdad es rechazar a Jesucristo".
“(El abuso) alcanza su expresión más grosera y vil en la profanación corporal, anímica y espiritual de los niños y más si son indígenas, pues llevan cargando siglos de desprecio”, señala parte del escrito en donde además se destaca que solo la erradicación de la pederastia en la Iglesia católica logrará la unidad entre todos sus miembros
Finalmente los sacerdotes confiaron en que la investigación realizada por la Procuraduría de Justicia de Oaxaca sea de manera objetiva, imparcial y eficiente.
Por su parte, la Arquidiócesis de Antequera, Oaxaca informó que por el momento el presunto padre pederasta se encuentra "cerca, en oración y reflexión".
Finalmente los sacerdotes confiaron en que la investigación realizada por la Procuraduría de Justicia de Oaxaca sea de manera objetiva, imparcial y eficiente.
Por su parte, la Arquidiócesis de Antequera, Oaxaca informó que por el momento el presunto padre pederasta se encuentra "cerca, en oración y reflexión".
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